Mauro Talini, ciclista diabético, experto en pedalear a solas, vuelve a ponerse en juego para enfrentar una aventura extraordinaria: atravesar todo el Continente americano, recorriendo 25.000 kilómetros desde Ushuaia (Argentina) hasta Prudhoe Bay (Alaska). De este modo quiere crear una conexión real y no solamente simbólica entre el Sur y el Norte del mundo, al fin de recaudar fondos en favor de proyectos educativos para los niños de América Latina.
Esta iniciativa da continuidad a la anterior “hazaña” de Mauro: “Una bici, miles de esperanzas”, realizada con mucho éxito en 2009-2010, con la cual pudo sostener el proyecto educativo de la Ciudad de la Esperanza en Riacho Grande (San Pablo, Brasil), y también algunos proyectos para los niños de Tucumán (Argentina) y Maneadero (México).
Por medio de esta iniciativa Mauro quiere subrayar que el límite humano no quita la posibilidad de tener una vida digna y feliz.
Diabetes no limits: en efecto, el diabetes no limita la vida de un deportista como es Mauro, al contrario, le permite mostrar, a través de todo lo que él realiza, que el deporte le obtiene muchos beneficios a nivel físico y psicológico.
Pobreza no limits: el degrado social, la pobreza, las difíciles condiciones económicas e higiénicas-sanitarias no impiden a los niños poder mejorar su propia condición. Gracias al trabajo educativo de las Misionaras de la Inmaculada Padre Kolbe, se está haciendo lo posible para garantizar a cada uno el desarrollo humano y espiritual. |